martes, 6 de julio de 2010

OBRAS DE LEONARDO DA VINCI Y DE MIGUEL ANGEL BOUNARROTI





LEONARDO DA VINCI y MIGUEL ANGEL BONARROTI

LEONARDO DA VINCI

(1452-1519) Leonardo nació el 15 de abril de 1452 en el pueblo toscano de Vinci, próximo a Florencia. Hijo de un rico notario florentino y de una campesina, a mediados de la década de 1460 la familia se instaló en Florencia, donde Leonardo recibió la más exquisita educación que esta ciudad, centro artístico e intelectual de Italia, podía ofrecer. Leonardo era elegante, persuasivo en la conversación y un extraordinario músico e improvisador. Hacia 1466 acude a formarse al taller de Andrea del Verrocchio, figura principal de su época en el campo de la pintura y escultura. Junto a éste, Leonardo se inicia en diversas actividades, desde la pintura de retablos y tablas hasta la elaboración de grandes proyectos escultóricos en mármol y bronce. En 1472 entra a formar parte del gremio de pintores de Florencia y en 1476 todavía se le menciona como ayudante de Verrocchio, en cuya obra El bautismo de Cristo (c. 1470, Uffizi, Florencia), pintó el ángel arrodillado de la izquierda y el paisaje de matices neblinosos. En 1478 Leonardo alcanzó la maestría. Su primer encargo, un retablo para la capilla del Palazzo Vecchio, del ayuntamiento florentino, no llegó a ejecutarse. Su primera gran obra, La adoración de los Magos (Uffizi), que dejó inacabada, se la encargaron los monjes de San Donato de Scopeto, cerca de Florencia, hacia 1481. Otras obras de su etapa juvenil son la denominada Madonna Benois (c. 1478, Ermitage, San Petersburgo), el retrato de Ginebra de Benci (c. 1474, Galería Nacional, Washington) y el inacabado San Jerónimo (c. 1481, Pinacoteca Vaticana). En 1482 Leonardo entra al servicio de Ludovico Sforza, duque de Milán, tras haberle escrito una carta en la que el artista se ofrecía como pintor, escultor, arquitecto, además de ingeniero, inventor e hidráulico y donde afirmaba que podía construir puentes portátiles, que conocía las técnicas para realizar bombardeos y el cañón, que podía hacer barcos así como vehículos acorazados, catapultas y otras máquinas de guerra y que incluso podía realizar esculturas en mármol, bronce y terracota. De hecho, sirvió al duque como ingeniero en sus numerosas empresas militares y también como arquitecto. Además, ayudó al matemático italiano Luca Pacioli en su célebre obra La divina proporción (1509). Existen evidencias de que Leonardo tenía discípulos en Milán, para los cuales probablemente escribió los textos que más tarde agruparía en su Tratado de pintura (1651). La obra más importante del periodo milanés son las dos versiones de la Virgen de las rocas (1483-1485, Louvre, París, década de 1490-1506-1508, National Gallery, Londres), donde aplica el esquema compositivo triangular que encierra a la Virgen, el Niño, san Juan y el ángel, y por otro lado, utiliza por primera vez la técnica del sfumato.

De 1495 a 1497 trabaja en su obra maestra La última cena, pintura mural para el refectorio del monasterio de Santa Maria delle Grazie, Milán. Desgraciadamente, su empleo experimental del óleo sobre yeso seco provocó problemas técnicos que condujeron a su rápido deterioro hacia el año 1500. Desde 1726 se llevaron a cabo intentos fallidos de restauración y conservación y en 1977 se inició un programa haciendo uso de las más modernas tecnologías, como consecuencia del cual se han experimentado algunas mejoras. Aunque la mayor parte de la superficie original se ha perdido, la grandiosidad de la composición y la penetración fisionómica y psicológica de los personajes dan una vaga visión de su pasado esplendor. Durante su larga estancia en Milán, Leonardo también realizó otras pinturas y dibujos (la mayoría de los cuales no se conservan), escenografías teatrales, dibujos arquitectónicos y modelos para la cúpula de la Catedral de Milán. Su mayor encargo fue el monumento ecuestre en bronce a tamaño colosal de Francesco Sforza, padre de Ludovico, para su ubicación en el patio del castillo Sforzesco. Sin embargo, en diciembre de 1499, la familia Sforza fue expulsada de Milán por las tropas francesas. Leonardo dejó la estatua inacabada (fue destruida por los arqueros franceses que la usaron como diana) y regresó a Florencia en 1500. De esta primera etapa milanesa también cabe citar algunos retratos femeninos como el de La dama del armiño (Museo Czartoryski, Cracovia). Durante su estancia en Florencia, viaja un año a Roma. En 1502 Leonardo entra al servicio de César Borgia, duque de Romaña, hijo del papa Alejandro VI. En su calidad de arquitecto e ingeniero mayor del duque, Leonardo supervisa las obras en las fortalezas de los territorios papales del centro de Italia. En 1503, ya en Florencia, fue miembro de la comisión de artistas encargados de decidir sobre el adecuado emplazamiento del David de Miguel Ángel (1501-1504, Academia, Florencia), y también ejerció de ingeniero en la guerra contra Pisa. Al final de este año comenzó a planificar la decoración para el gran salón del Palacio de la Signoria con el tema de la batalla de Anghiari, victoria florentina en la guerra contra Pisa.

Realizó numerosos dibujos y completó un cartón en 1505, pero nunca llegó a realizar la pintura en la pared. El cartón se destruyó en el siglo XVII, conociéndose la composición a través de copias como la que realizó Petrus Paulus Rubens. Durante su segundo periodo florentino, Leonardo pintó varios retratos, pero el único que se ha conservado es el de La Gioconda (1503-1506, Louvre, París), el retrato más famoso de toda la historia de la pintura, también conocido como Monna Lisa, al identificarse a la modelo con la esposa de Francesco del Giocondo que llevaba ese nombre, aunque se han barajado varias hipótesis sobre su verdadera identidad. Si algo merece destacarse de forma especial es la enigmática sonrisa de la retratada. Parece ser que Leonardo sentía una gran predilección por esta obra ya que la llevaba consigo en sus viajes. En 1506 Leonardo regresó a Milán al servicio del gobernador francés Carlos II Chaumont, mariscal de Amboise. Al año siguiente fue nombrado pintor de la corte de Luis XII de Francia, que residía por entonces en la ciudad italiana. Durante los seis años siguientes Leonardo repartió su tiempo entre Milán y Florencia, donde a menudo visitaba a sus hermanastros y hermanastras y cuidaba de su patrimonio. En Milán continuó sus proyectos de ingeniería y trabajó en el monumento ecuestre de Gian Giacomo Trivulzio, comandante de las fuerzas francesas en la ciudad. Aunque el proyecto no se llegó a finalizar, se conservan dibujos y estudios sobre el mismo. De esta misma época parece ser la segunda versión de la Virgen de las rocas y Santa Ana, la Virgen y el Niño (c. 1506-1513, Louvre, París). Desde 1514 a 1516 Leonardo vivió en Roma bajo el mecenazgo de Giuliano de Médicis, hermano del papa León X. Se alojaba en el Palacio del Belvedere en el Vaticano, ocupándose fundamentalmente de experimentos científicos y técnicos. En 1516 se traslada a Francia a la corte de Francisco I, donde pasó sus últimos años en el castillo de Cloux, cerca de Amboise, en el que murió el 2 de mayo de 1519. A causa de que ninguno de los proyectos escultóricos de Leonardo fue finalizado, el conocimiento de su arte tridimensional sólo puede hacerse a través de sus dibujos. Idénticas consideraciones pueden aplicarse a su arquitectura. Sin embargo, en sus dibujos arquitectónicos, demuestra maestría en la composición de masas, claridad de expresión y fundamentalmente, un profundo conocimiento de la antigüedad romana. Un creador en todas las ramas del arte, un descubridor en la mayoría de los campos de la ciencia, un innovador en el terreno tecnológico, Leonardo merece por ello, quizá más que ningún otro, el título de Homo universalis.

MIGUEL ANGEL BUONARROTI
Michelangelo di Lodovico Buonarroti Simoni[1] (Caprese, 6 de marzo de 1475 – Roma, 18 de febrero de 1564), conocido en español como Miguel Ángel.

Escultor, pintor, arquitecto y poeta italiano, dejó impreso en el arte su fogoso temperamento. En 1483, con 13 años, entró de aprendiz en el taller florentino de Ghirlandaio, con el que permaneció poco tiempo. Su primera escultura llamó la atención de Lorenzo de Médicis, jefe de la República florentina, que le abrió las puertas del palacio en 1489, pasando a frecuentar entonces la academia artística que los Médicis habían instalado en el jardín de San Marcos de Florencia; aquí conoce la escultura de Donatello a través de Bertoldo di Giovanni que se reflejaría en sus primeras obras: La Virgen de la escalera y Batalla de Centaurus. Adquirió una profunda formación intelectual y humanística.

Su vida se va a caracterizar por sus viajes, y ya en 1492, con la muerte de Lorenzo de Médicis, viaja por Venecia y Polonia, donde contempla las esculturas de Jacopo della Quercia en la iglesia de San Petronio, cuya monumentalidad influirá en su arte posterior. En 1495 regresó a Florencia y esculpió El descendimiento y la Virgen de Manchester.

Al año siguiente viajó a Roma por primera vez, donde alcanzó fama con sus obras Baco ebrio (Museo Gargallo, Florencia) y La Piedad (Vaticano). En 1501 vuelve a Florencia, donde va a desarrollar una gran labor escultórica, destacando el David (Academia de Florencia), obra que despertó el asombro y la envidia. Por esta fecha realiza también el Tondo Doni (galería de los Uffizi), en el que las figuras de la Sagrada Familia ofrecen gran sentido escultórico.

Su estancia en Florencia es corta, ya que en 1505 fue llamado a Roma por el papa Julio II, quien le encarga un mausoleo que Miguel Ángel concibió de manera grandiosa en la basílica Vaticana que construía Bramante. En principio, el mausoleo iba a constar de 40 estatuas, pero sólo realizó las de Moisés (iglesia de San Pedro ad Vincula, Roma); Dos esclavos (Museo del Louvre, Paris) y la del Genio de la Victoria (Palacio Viejo, Florencia).
Los proyectos de este colosal mausoleo se fueron modificando hasta interrumpirse temporalmente en 1508, en que recibió el encargo de pintar la bóveda de la Capilla Sixtina (Vaticano, Roma), edificada en 1475 por Giovannino dei Dolci, bajo Sixto IV; aquí Miguel Ángel demuestra su sabiduría de arquitecto, escultor y pintor, ejecutando prácticamente sin ayuda una obra maravillosa que dio por terminada el 1 de noviembre de 1542.

En ella plasma la grandiosidad del relato bíblico por medio de un espacio arquitectónico fingido, dividiendo el espacio con lunetos y pechinas donde sitúa las escenas del Génesis, junto con figuras de profetas y sibilas que significan la integración del mundo pagano y del cristiano, además de pasajes de los antepasados de Cristo; técnicamente utiliza la pintura al fresco con un marcado dominio del dibujo y gama cromática uniforme, destacando el desnudo y el carácter volumétrico de las figuras.

ÉL DECÍA:"...PARA PODER PINTAR ,HAY QUE OBSERVARLO TODO,PERO ABSOLUTAMENTE TODO..."
y es así, la clave es saber observar,si aprendo a "mirar" el modelo ,lo capturo o fotografío en mi mente y luego comenzando por captar las lineas , puedo llegar al todo, pero siempre coemzando por las líneas fundamentales...
Fue un estudioso obsesivo de la figurahumana, de su fisología y anatomía, lo observamos en su famosísima escultura:"DAVID" (1501-1504)

La Capilla Sextina: La creación del hombre

El génesis es uno de los fragmentos más conocidos de la Capilla Sextina. Adán, en un lecho de tierra, se vuelve hacia Dios. El Creador es un anciano de cabellos blancos, físico potente t ademán poderoso.

La técnica del fresco:

MIGUEL ÁNGEL ACEPTO A REGAÑADIENTES la decoración de la Capilla Sextina porque no confiaba demasiado en su talento pictórico. Pese a ello, la enorme bóveda está considerada como una de las mayores empresas artísticas de todos los tiempos. Miguel Ángel empleó la técnica del fresco, un método de pintura mural en el que se aplican sobre una pared recién revocada (embellecida o pintada) pigmentos terrosos mezclados con agua y cal, para crear una superficie compacta. Miguel Ángel también utilizó la misma técnica en la representación del Juicio Final, en la pared de entrada a la Capilla. Ambos trabajos, debido a sus grandes dimensiones (más de 900 metros de superficie en el caso de la bóveda de la Capilla), agotaron mental y físicamente al artista.

No importa el tiempo, ni la adscripción a un género. La obra artística no es efímera si sigue conmoviendo, si emociona.

Y Miguel Ángel ejemplifica, total y cabalmente, ese deseo de inmortalidad. Sus obras son imperecederas por una razón esencial: porque son bellas. Ese aserto cobra todo su sentido al contemplar la Capilla Sextina, la ciclópea presencia del Moisés o de las formas esbeltas del David. Un ejemplo de su vigencia: Steven Spielberg recurrió al simbolismo del GénesiS al unir los dedos de un chico y de un extraterrestre en E.T.(Art. Planeta Sedna)

Miguel Ángel ejerció el arte como un sacerdocio. Abdicó de los placeres terrenales y se consagro por entero a su labor. Pero el reconocimiento de sus contemporáneos fue, en la mayoría de las ocasiones, miserable. Hoy, la Capilla Sextina es un lugar de peregrinación para millones de personas. En buena parte lo hacen atraídas por las pinturas que Miguel Ángel realizo en su bóveda. Quedan extasiados ante lo que es capaz de hacer el genio de un hombre. Podría decirse que, al verlo, surgen un antes y un después.

La humanidad tiene contraída con el una deuda de gratitud inmensa solo comparable a la vigencia de su obra. Y es que la belleza no entiende de modas, es permanente y, por eso, continua fuente de inspiración.

Lo abstracto, arte al fin, lo transgresor, arte al fin y los mamarrachos (muchos) puedo comprarlos para invertir pero les aseguro que en el living de casa no duran años colgados...Sí un bello paisaje o una BELLA obra, entendible y que me conecte con la naturalza y lo conocido por mi alma y por la de todos.Estas obras, las bellas, las entendibles, el 80 % del mundo las prefiere y las compra.Por algo será no?.

Saludos amigos!!!