martes, 13 de julio de 2010

PINTORES RENACENTISTAS (Segunda Parte)

Obras de Rafael


Obras de Botticelli


Obras de Tiziano



RAFAEL SANZIO(1483-1520)


Pintor renacentista italiano considerado como uno de los más grandes e influyentes artistas de todos los tiempos.
Su nombre completo era Rafael Sanzio (o Santi) de Urbino. Nació en Urbino y su primera formación la adquirió de su padre, el pintor Giovanni Santi. Según la opinión de muchos historiadores del arte, también estudió con Timoteo Viti en Urbino y realizó bajo su influencia numerosas miniaturas, dentro de una atmósfera delicada y poética, como en Apolo y Marsias (Museo del Louvre, París) y El sueño del caballero (1501, National Gallery, Londres). En 1499 se trasladó a Perugia, en Umbría, y se convirtió en pupilo y ayudante del pintor Perugino. Durante este periodo realizó obras en un estilo muy próximo al de su maestro, hasta el punto de que han existido dudas respecto a algunas atribuciones. Entre las obras de Rafael realizadas en Perugia destacan dos grandes composiciones: Los desposorios de la Virgen (1504, Brera, Milán, obra pintada ya en Florencia) y la tabla del retablo de Città di Castello, en la que representa la Crucifixión con dos ángeles, la Virgen y los santos Jerónimo, Magdalena y Juan Evangelista (1503, National Gallery, Londres).
Periodo florentino
En 1504, Rafael se trasladó a Florencia, donde estudió la obra de reconocidos pintores contemporáneos suyos, como Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Fra Bartolommeo, de quienes aprendió sus métodos de representación de luces y sombras, sus estudios anatómicos y actitudes dramáticas. En esta época cambió su forma de pintar, basada en las composiciones geométricas y el interés por la perspectiva, hacia unas maneras más naturales y suaves. Su evolución durante el periodo florentino puede seguirse a través de sus numerosas madonnas (vírgenes). El primer ejemplo es la Madonna del Granduca (1504-1505, palacio Pitti, Florencia). Ejemplos posteriores muestran la influencia de Leonardo en la expresión de serenidad y en los esquemas compositivos triangulares y equilibrados, como es el caso de La bella jardinera (1507-1508, Museo del Louvre, París) y La Virgen del jilguero (1505, Galería de los Uffizi, Florencia). La última de las vírgenes florentinas, la Madonna del baldaquino (1508, palacio Pitti, Florencia), forma parte de un retablo y se asemeja estilísticamente a la obra de Fra Bartolommeo.
Los encargos más importantes que Rafael recibió durante su estancia en Florencia procedían de Umbría. Su composición más original en este periodo es el Entierro de Cristo (1507, Galería Borghese, Roma). Forma parte de un retablo y muestra la fuerte influencia de Miguel Ángel en la disposición y actitudes de los cuerpos y en el tratamiento anatómico de los mismos.
Periodo romano
En 1508 Rafael se trasladó a Roma, requerido por el papa Julio II, quien le encarga la decoración mural de cuatro pequeñas stanze (habitaciones) en el palacio de la Ciudad del Vaticano. En el techo de la primera de ellas, la Stanza della Segnatura (1509-1511), están pintadas las alegorías de la Teología, la Filosofía, la Poesía y la Justicia, respondiendo a un programa iconográfico elaborado e intelectualizado. En una de las paredes, bajo la teología, se sitúa La disputa del sacramento, que representa la discusión del dogma de la Trinidad. La escuela de Atenas, situada debajo de la Filosofía, representa un espacio arquitectónico abierto donde Platón, Aristóteles y otros filósofos discuten y argumentan. Bajo la Poesía se encuentra el célebre Parnaso, en el que el dios Apolo aparece rodeado por las musas y los grandes poetas. Por último, bajo la Justicia, se puede observar el fresco Gregorio IX aprobando los Decretales. La segunda estancia, la Stanza d´Heliodoro (1512-1514), pintada por Rafael y sus discípulos, contiene escenas que representan el triunfo de la Roma católica sobre sus enemigos.
Tras la muerte del papa Julio II en 1513 y el ascenso de León X aumentan la influencia y las responsabilidades de Rafael. Se le nombra maestro mayor de la basílica de San Pedro en 1514, y un año después se le pone al frente de la dirección de todas las excavaciones arqueológicas en Roma y alrededores. Debido a sus numerosas actividades, sólo consiguió pintar parte de la tercera stanza del palacio del Vaticano, la del Incendio del Borgo (1514-1517). El resto es obra de sus ayudantes. De igual forma, para la cuarta cámara, la sala Constantina, simplemente realizó los bocetos preparatorios. Durante este periodo también diseñó diez tapices con los hechos de los apóstoles destinados a la Capilla Sixtina. Esos cartones o dibujos se encuentran en la actualidad en el Museo Victoria y Alberto de Londres. Rafael también proyectó la arquitectura y decoración de la capilla Chigi en la iglesia de Santa Maria del Popolo y la decoración de la villa Farnesina, que incluye el Triunfo de Galatea (c. 1513).
Además de estas empresas mayores, ejecutó cierto número de pinturas de caballete, entre las que destacan el retrato de Julio II (1511-1512); series de vírgenes, como la Madonna Sixtina (c. 1514, Gemäldegalerie, Dresde), y otras pinturas religiosas, como la Transfiguración (1517-1520, Vaticano), completada tras su muerte por el más notable de sus discípulos, Giulio Romano. Rafael murió en 1520 en Roma, cuando sólo contaba 37 años.


BOTTICELLI SANDRO(1445-1510)


Uno de los pintores más destacados del renacimiento florentino. Desarrolló un estilo personalísimo, caracterizado por la elegancia de su trazo, su carácter melancólico y la fuerza expresiva de sus líneas.
Nació en Florencia, hijo de un curtidor, y su verdadero nombre era Alessandro di Mariano Filipepi. El apelativo por el que se le conoce (diminutivo italiano de la palabra botijo) era probablemente el apodo de su hermano mayor o el nombre del orfebre del que fuera aprendiz. Más tarde fue discípulo de Fra Filippo Lippi. Trabajó con el pintor y grabador Antonio del Pollaiuolo, del que aprendió el dominio de la línea, y también recibió gran influencia de Andrea del Verrocchio.
Hacia 1470 Botticelli ya tenía su propio taller. Dedicó casi toda su vida a trabajar para las grandes familias florentinas, especialmente los Medici, para los que pintó retratos, entre los que destaca su Retrato de Giuliano de Medici (1475-1476, Galería Nacional de Arte, Washington, D.C.). La adoración de los Magos (1476-1477, Galería de los Uffizi, Florencia) no fue encargo de los Medici pero en él pintó a los personajes con rasgos muy parecidos a los de dicha familia. Como integrante del brillante círculo intelectual y artístico de la corte de Lorenzo de Medici, Botticelli recibió la influencia del neoplatonismo cristiano de ese círculo, que pretendía conciliar las ideas cristianas con las clásicas. Esa síntesis se expresa en La primavera (c. 1478) y en El nacimiento de Venus (posteriores a 1482), dos obras realizadas para una de las villas de la familia Medici, que hoy se hallan en la Galería de los Uffizi y que, probablemente, son las obras más conocidas de Botticelli. Aunque los expertos no han llegado a un acuerdo definitivo sobre la interpretación de estos dos cuadros, sus elegantes personajes, que forman diseños lineales abstractos bañados por una suave luz dorada, podrían representar a Venus como símbolo del amor tanto cristiano como pagano. Dentro de este ámbito profano también destaca la serie de cuatro cuadros Nastapio degli Honesti (Museo del Prado, Madrid), donde recrea una de las historias del Decamerón, de Boccaccio.
Botticelli también pintó temas religiosos, principalmente tablas de Vírgenes, como La Virgen escribiendo el Magnificat (década de 1480), La Virgen de la granada (década de 1480) y La coronación de la Virgen (1490), todas ellas en los Uffizi, y Virgen con el niño y dos santos (1485, Staatliche Museen, Berlín). Entre sus otras obras de tema religioso destacan San Sebastián (1473-1474, Staatliche Museen) y un fresco sobre San Agustín (1480, Ognissanti, Florencia). En 1481 Botticelli fue uno de los artistas llamados a Roma para trabajar en la decoración de la Capilla Sixtina del Vaticano, donde pintó los frescos Las pruebas de Moisés, El castigo de los rebeldes y La tentación de Cristo.
En la década de 1490, cuando los Medici fueron expulsados de Florencia y el monje dominico Girolamo Savonarola predicaba la austeridad y la reforma, Botticelli sufrió una crisis religiosa, aunque no abandonó la ciudad, donde moriría el 17 de mayo de 1510. Sus obras posteriores, como la Pietà (principios de la década de 1490, Museo Poldi Pezzoli, Milán) y sobre todo la Natividad mística (década de 1490, National Gallery, Londres) y la Crucifixión mística (c. 1496, Fogg Art Museum, Cambridge, Massachusetts) expresan una intensa devoción religiosa y un retroceso en el desarrollo de su estilo.

TIZIANO VECELLIO


El más grande pintor de la escuela veneciana. La evidencia de su fecha de nacimiento es contradictoria, se calcula entre 1477 y 1487.Nació al norte de Venecia y fue condiscípulo de Giorgione en el taller de los Bellini Él era probablemente un discípulo de Giovanni Bellini, y en su obra temprana estuvo bajo el hechizo de Giorgione, con quien tuvo una estrecha relación. En 1508 le ayudó con la decoración al fresco exterior de la Fondaco dei Tedeschi, Venecia, y tras la temprana muerte de Giorgione en 1510 le tocó a Tiziano a completar una serie de sus cuadros sin terminar.
Giovanni Bellini dejó una destacada impronta en su obra. Las obras juveniles de Tiziano se confunden a veces con las del pintor veneciano Giorgione, creando problemas a los especialistas. La primera referencia documental que poseemos de Tiziano data de 1508, a raíz del encargo de los frescos para el exterior del Fondaco dei Tedeschi (Lonja de los alemanes), en colaboración con Giorgione. Por desgracia, los frescos nos han llegado sólo de modo fragmentario. Los especialistas disienten sobre las obras de principios del siglo XVI que deben adscribirse a Tiziano. Entre estas primeras obras deben citarse la Natividad Allendale (National Gallery, ciudad de Washington), todavía atribuida a Giorgione por muchos autores, y El concierto campestre (hacia 1510, Museo del Louvre, París), atribuida por lo general a Giorgione, aunque hoy se piensa que es obra de Tiziano o una obra de colaboración entre ambos. Del mismo modo, los estudiosos del tema muestran unanimidad a la hora de atribuir a Tiziano la Virgen gitana (hacia 1510, Kunsthistorisches Museum, Viena). Esta pintura es una adaptación de una composición de Giovanni Bellini, pero la Virgen presenta aquí un tipo más realista y los colores y texturas tienen una calidad que preludia la obra posterior de Tiziano. En Padua, Tiziano realiza en 1511 los frescos de los Milagros de san Antonio para la Scuola del Santo. Estas narraciones demuestran su capacidad para dotar a las figuras de un sentimiento de aflicción convincente, de vida impulsiva, al tiempo que ordena los hechos con realismo en el marco de paisajes de gran viveza. Tiziano poco a poco enriqueció el idílico estilo de Giorgione. Los cuerpos y los objetos adquieren progresivamente una sensual densidad y esplendor, los paisajes se vuelven más resonantes, la gama cromática gana en intensidad y profundidad pero también en armonía como se observa en Las tres edades del hombre (hacia 1513, Galería Nacional de Escocia, Edimburgo) y Amor divino y amor profano (hacia 1515, Galería Borghese, Roma). El proceso culminó en las bacanales que Tiziano pintó para el duque Alfonso d´Este en una estancia de su palacio de Ferrara entre 1518 y 1522 (Bacanal y La ofrenda a Venus del Museo del Prado, Madrid, y Baco y Ariadna, hoy en la National Gallery de Londres). Estas obras se consideran las más famosas e influyentes del renacimiento, y transforman la idílica Arcadia de Giorgione en celebraciones dionisíacas. Están basadas en la literatura clásica y adaptan personajes de la estatuaria antigua y de Miguel Ángel, sin embargo, reproducen un mundo de vital sensualidad, belleza y contemporaneidad. Las dinámicas vibraciones de estas piezas tienen su paralelo en su obra de temática religiosa correspondiente al mismo periodo. Entre las primeras obras sobre este tema destaca la Asunción de la Virgen (1516-1518) sobre el altar de Santa María dei Frari en Venecia, que destaca por la maestría en la composición y movimientos de un nutrido número de personajes tratados con un sorprendente sentido de la monumentalidad. Diseñados para ser vistos de lejos, sobresale también su fuerte colorido y luz dorada. Al destaparse la obra causó una gran sensación.

La misma tónica de monumentalidad se observa en la Virgen de Pésaro (1519-1526) del mismo templo, donde Tiziano realiza un cambio crucial en el modelo renacentista de sacra conversazione (pinturas de la Virgen con el Niño entre santos, estableciéndose alguna relación entre los personajes sagrados), situando a la Virgen, tradicionalmente colocada en el centro de la composición, en la parte derecha del cuadro, y pintando tras ella dos enormes columnas en perspectiva que se elevan más allá del espacio pictórico. Este nuevo esquema fue adoptado por artistas posteriores, como Paolo Veronés o los Carracci, abriendo el camino del estilo barroco por su sentido de movimiento y de infinito. La más dinámica de las obras de Tiziano de este periodo fue la colosal Muerte de san Pedro mártir (1530, destruida), en donde la acción violenta encuentra eco en la convulsión de los árboles y del cielo. Estas obras, religiosas y profanas, revelan el conocimiento de Tiziano de los logros alcanzados por el renacimiento en Roma y Florencia. Antes de que visitara Roma en 1545-1546, el conocimiento de estos trabajos lo realizaría el artista a través de dibujos y grabados, que actuarían como un estímulo y ayuda para crear un equivalente veneciano, un estilo renacentista de igual forma complejo, monumental, dinámico, pero con la particularidad de explotar al límite los recursos cromáticos tradicionalmente venecianos, la pincelada suelta, impresionista en el caso de Tiziano, y la creación de efectos atmosféricos. Sus obras de la década de 1530 están traspasadas por una relativa serenidad, sutileza y refinamiento cromático, como se observa en su Venus de Urbino (1538-1539, Uffizi, Florencia), que hace una revisión de la Venus dormida de Giorgione (hacia 1510, Gemäldegalerie, Dresde). No obstante, un nuevo ímpetu de energía se plasma en La batalla de Cadore (hacia 1540, en su época en el Palacio Ducal de Venecia y hoy conocida a través de copias) y en tres grandiosas pinturas de techos (1543-1544, Santa María della Salute, Venecia), en las que escorzos violentos y figuras titánicas indican el conocimiento del estilo manierista por parte del pintor. Tiziano es un retratista de primera calidad y sus innovaciones más importantes se centran en este campo entre las décadas de 1530 y 1550. En 1516 había sido nombrado pintor oficial de la República veneciana, y trabajó a partir de aquí en las cortes de Ferrara y Mantua. En las décadas de 1530 y 1540 viajó a Bolonia para realizar los retratos del emperador Carlos V y del papa Pablo III, y visitó Roma por orden de este último, donde conoció a Miguel Ángel.

Entre 1548 y 1550 consta su permanencia en la corte de Carlos V en Augsburgo, Alemania, lo que le proporcionaría el encargo de multitud de retratos. Tiziano crea como retratista un tipo de descripción solemne y opulenta, realizando una síntesis entre la captación de la psicología y temperamento del personaje y la atención a los detalles de vestuario y al escenario, que definen a su vez la categoría social de la persona retratada. Entre sus numerosos retratos cabe destacar el del Caballero del guante (hacia 1520, Museo del Louvre, París), y la significativa colección que posee el Museo del Prado de Madrid, Federico Gonzaga (hacia 1526), el famoso Autorretrato (entre 1560-1566) del pintor a los 80 años, con una técnica casi impresionista, Carlos V en la batalla de Mühlberg (1548), que es un retrato ecuestre, los dos de Felipe II, uno de joven con armadura (1551) y otro de gran tamaño, muy parecido en la composición al de Carlos V en Mühlberg, La emperatriz Isabel de Portugal (hacia 1548), de medio cuerpo y el del Marqués del Vasto arengando a sus tropas. Frente a los fondos neutros de sus primeros cuadros de este género, introduce en la mayoría de estos retratos cortesanos algún detalle de ambientación como puede ser una columna, una cortina o una vista del paisaje. Por otro lado, en algunos retratos de la década de 1540, como en el de Pietro Aretino (Colección Frick, Nueva York) o el del papa Pablo III (1543, Museo Capodimonte, Nápoles) utiliza su inigualable maestría para hacer partícipe al espectador de la vida interior del retratado. A partir de 1550, de vuelta a Venecia, su estilo ha cambiado de nuevo. En las series de pinturas mitológicas realizadas para el rey Felipe II de España, las formas pierden de forma gradual solidez, diluyéndose parcialmente en vagas texturas,ya que a veces pintaba con los dedos, y pinceladas vibrantes, a la vez que el color se hace más intenso. Ejemplos de ello son La ninfa con el pastor (Kunsthistoriches, Museo de Viena) y El rapto de Europa (hacia 1559-1562, Museo de Isabella Stewart Gardner, Boston). El punto culminante se alcanza en la violenta Muerte de Acteón (hacia 1561, National Gallery, Londres), con su tonalidad broncínea y texturas espejeantes. De mayor profundidad es Marsias desollado (hacia 1570-1576, Kromeriz, Checoslovaquia). Dentro del capítulo de la fábula pagana llevada a sus máximos extremos de sensualidad y magnífica interpretación del desnudo femenino tenemos Danae recibiendo la lluvia de oro, uno de los más hermosos desnudos salidos de su pincel, Venus y Adonis, y Venus y la música, pintadas en la década de 1540 por encargo de Felipe II y hoy en el Museo del Prado. Tiziano utilizó el término poesías para denominar estas pinturas mitológicas. Estas obras son contemporáneas de una serie de pinturas religiosas en las que se observa la misma disolución progresiva de las formas a través del color y la luz. A menudo en escenarios nocturnos, destacan La Anunciación (1560-1565, San Salvador, Venecia) y La coronación de espinas (c. 1570, Pinacoteca de Munich). En estas obras el estilo desmaterializado de Tiziano busca crear un ambiente trascendente. Este estilo tardío, como fenómeno asombroso en el contexto del arte renacentista, tiene su última manifestación en la Piedad, realizada por Tiziano para su propia capilla sepulcral, obra que dejó inacabada y que hoy se conserva en la Academia de Venecia. Tiziano murió en Venecia en 1576. Su obra, que afectó de manera decisiva a la evolución de la pintura europea, proporcionó una alternativa igualmente poderosa y atractiva que la lineal y plástica tradición florentina seguida por Miguel Ángel y Rafael. Esta alternativa, que sería tomada por Petrus Paulus Rubens, Diego Velázquez, Rembrandt, Eugène Delacroix y los impresionistas, sigue viva en la actualidad. Por derecho propio, la obra de Tiziano se considera en la cima de los logros y éxitos en el campo de las artes visuales.

Nueva entrega de clases de HISTORIA DE LA PINTURA, el próximo miércoles 28 de Julio.
Muchas gracias por los comentarios .Nos volvemos a encontrar!!!

Comentarios: Escribir a claudiaarte@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encantó la idea. Espero con ansiedad la próxima entrega.
Gracias.
Mónica Morejón